Cada enero, la Rosca de Reyes reúne a familias y comunidades en torno a una tradición profundamente arraigada en México. Su forma, colores y sabores cuentan una historia que va más allá de la mesa: una historia que comienza en el campo mexicano.
Los frutos que decoran y dan sabor a la rosca —como la naranja, el higo, la cereza y otras frutas cristalizadas— tienen su origen en huertos donde el clima, el suelo y el manejo agronómico adecuado son determinantes para obtener calidad, sabor y consistencia.
La importancia de la agricultura en cada fruto
La naranja, uno de los ingredientes más representativos, depende de una nutrición balanceada para lograr buen tamaño, color y contenido de azúcares. El higo, por su parte, requiere un manejo cuidadoso del suelo y del agua para desarrollar frutos sanos y uniformes. Incluso las frutas que se transforman mediante procesos industriales comienzan como cultivos que exigen atención técnica desde la raíz.
Nada de esto sería posible sin el trabajo de agricultores, técnicos e ingenieros agrónomos que aplican conocimiento, experiencia y soluciones innovadoras para mejorar la productividad y la calidad de cada cosecha.
Del suelo a la mesa
En Agrichem creemos que los mejores frutos se construyen desde el suelo, con programas de nutrición vegetal diseñados para fortalecer los cultivos, optimizar el rendimiento y asegurar cosechas que cumplan con los estándares que demanda el mercado y las tradiciones.
Cada fruto en la Rosca de Reyes es un recordatorio del valor del campo mexicano y de la importancia de impulsar una agricultura eficiente, responsable y sostenible.
Celebrar tradiciones es reconocer al campo
En este Día de Reyes, celebramos no solo una tradición, sino también a quienes hacen posible que los frutos del campo lleguen a nuestra mesa, conectando la agricultura con la cultura, la historia y el futuro.
En Agrichem, seguimos trabajando para nutrir los cultivos que dan vida a nuestras tradiciones.
