El cultivo de tomates en invernadero en México

El cultivo de tomates en invernadero en México ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas. Los invernaderos ofrecen un entorno controlado que permite maximizar la producción de tomates, independientemente de las condiciones climáticas externas.

El cultivo de tomates en invernadero tiene varias ventajas clave:

Protección contra condiciones climáticas extremas: Los invernaderos brindan protección contra cambios bruscos de temperatura, lluvias intensas, vientos fuertes y otros eventos climáticos adversos.

Control de condiciones ambientales: Los agricultores pueden controlar variables como la temperatura, la humedad, la luz y la ventilación, lo que optimiza el crecimiento de las plantas y permite cosechas durante todo el año.

Uso eficiente de recursos: Los sistemas de riego y fertilización pueden ser controlados de manera más precisa, lo que reduce el desperdicio de agua y nutrientes.

Producción intensiva: Los invernaderos permiten cultivar en espacios más pequeños y en múltiples capas, lo que aumenta la densidad de plantas y, por lo tanto, la producción por unidad de área.

 

Para el cultivo de tomates en invernadero en México, se deben tener en cuenta varios factores:

Variedades: Se eligen variedades de tomates adecuadas para el cultivo en invernadero, que se caractericen por su rendimiento, sabor y resistencia a enfermedades.

Suelo: El sustrato utilizado en los invernaderos debe ser bien drenado y rico en nutrientes. En algunos casos, se utilizan sustratos artificiales como mezclas de turba y perlita para garantizar un entorno de crecimiento óptimo.

Riego y fertilización: Se implementan sistemas de riego por goteo y sistemas de fertilización controlada para suministrar la cantidad precisa de agua y nutrientes a las plantas.

Control de plagas y enfermedades: Dado que las condiciones en los invernaderos pueden favorecer el desarrollo de plagas y enfermedades, se implementan estrategias de control biológico y químico para proteger las plantas.

 

El cultivo de tomates en invernadero se lleva a cabo en diversas regiones de México, con ciertas áreas que se destacan por su producción:

Sinaloa: Es uno de los principales estados productores de tomates en invernadero en México. Las condiciones climáticas y la infraestructura han favorecido un cultivo exitoso.

Baja California: Otra región importante para el cultivo de tomates en invernadero, especialmente en el valle de San Quintín.

Querétaro: También se ha convertido en un centro de producción de tomates en invernadero debido a su ubicación estratégica y condiciones favorables.

 

México es uno de los mayores exportadores de tomates a nivel mundial. Los tomates cultivados en invernadero son altamente valorados por su calidad y durabilidad, lo que ha permitido que el país aumente sus exportaciones, principalmente hacia los Estados Unidos y Canadá.

En resumen, el cultivo de tomates en invernadero en México ha revolucionado la producción agrícola al permitir una producción continua y de alta calidad. Esta práctica ha impulsado la economía agrícola del país y ha fortalecido su posición en el mercado internacional de tomates.

 

En Agrichem contamos con productos certificados para su uso orgánico, con enfoque en sus altos rendimientos. 

De acuerdo a cada etapa del cultivo, tenemos una solución para potencializar al máximo su cosecha. 

 

Arranque del cultivo: 

    Programa de arranque. 

      1. 1 L Booster Zn B Mo x ha x semana
      2. 3 L Supa Stand Phos x ha x semana
      3. 3 L. Agri APP x ha x semana

Sustitución y complemento de calcio (Ca) y potasio (K). 

Supa Cal Mag y Agri KS32 (dosis variables, se busca añadir de 1 a 2 mL/L de Ca y K con estos productos en la solución de riego.

      Beneficios

    1. Disminuye la CE de entrada y salida de tu cultivo. 
    2. Reduce la acumulación de sales. 
    3. Incrementa la concentración del nutriente en cuestión. 
    4. Mejora la calidad de tus cultivos. 

Control de cenicilla. 

           Supa Activ 600. 

      1. 3 a 5 mL/L de producto, en aplicación foliar, mezclado con otro fungicida de contacto. 
      2. 2 a 4 L x ha, en aplicación especial, a riego. 
      3. Ambas, una vez cada 15 días. 

 

 

Con información de SADER

 

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