Adiós a los jugosos melones y sandías que calman nuestra sed de verano, bienvenidas las granadas y calabazas que en sus tibias preparaciones nos aportarán los nutrientes necesarios con los que el cuerpo se prepara para el cambio de temperatura propio de cada estación.
La mayoría de los alimentos que crecen durante la primavera y el verano se consumen en fresco, a diferencia de los de otoño e invierno que podrán ser preparados en sopas, caldos y guisados, porqué durante el otoño los días empiezan a ser más cortos y frescos, también puede haber mucha lluvia, entonces necesitamos alimentos tibios y consistentes que fortalezcan nuestras defensas, sobre todo en estos momentos de pandemia.
Muchas de las frutas y verduras de esta temporada nos aportan pigmentos con acción antioxidante que contribuyen a que mantengamos el sistema inmunitario en buenas condiciones y por lo tanto a prevenir enfermedades.
Algunas frutas propias de esta hermosa temporada son: granada, mandarina, higo, uva, manzana, pera, tejocotes, guayaba, arándanos y frutos secos. Entre las verduras características de otoño-invierno encontramos: berenjenas, chícharos, calabaza, pimientos, coliflor, ejotes, rábanos y zanahorias, entre otros.
Gracias a que #ElCampoNoSeDetiene, la producción del sector hortofrutícola de México continúa muy dinámica, tanto que forma parte medular del superávit de la balanza comercial agroalimentaria, así tenemos que entre los bienes agroalimentarios que aumentaron su demanda se encuentran los pimientos, cebolla y ajo, pepino y pepinillos, los que más demanda tienen son aguacate y jitomate.
Fuente: SADER