Uno de los problemas edáficos más relevantes, y en el cual se han enfocando grandes esfuerzos para encontrar un adecuado manejo, es la alta concentración de sales en suelos agrícolas, originada por un manejo inadecuado de la fertilidad del suelo y favorecida por factores climáticos que promueven su acumulación. Se considera que un suelo es salino, cuando la concentración de sales solubles en la zona de raíces, principalmente cloruros y sulfatos, y en casos extremos nitratos de sodio, calcio y magnesio es tan alta que alcanza niveles elevados para el crecimiento y producción óptima de las plantas. Este tipo de suelo se desarrolla de forma preferencial en aquellas regiones en donde las lluvias son insuficientes para compensar las pérdidas de agua por la evapotranspiración.
La salinidad también se presenta en zonas donde hay alta demanda de agua debido a la evaporación, igualmente donde el nivel de aguas subterráneas es superficial o también por la sobredosificación de fertilizantes en la actividad agrícola. Se puede afirmar que los suelos salinos son el resultado del movimiento del agua, cuando ésta se mueve a través del suelo por capilaridad; las sales solubles disueltas incrementarán la concentración, a medida que se da la evaporación, por lo tanto, las sales se ubicarán debajo de la superficie del suelo.
La salinidad es medida por el paso de una corriente eléctrica a través de una solución extraída del suelo. La habilidad de la solución para llevar una corriente es llamada conductividad eléctrica (CE) y se mide en decisiemens por metro (dS*m -1 ).
Los excesos de sales en el suelo reducen el crecimiento de la planta y su vigor por la alteración de la toma de agua o la toxicidad por iones específicos, por los desbalances dentro de la planta y finalmente porque afectan negativamente la biomasa de las raíces. Todos los suelos contienen algunas sales solubles en agua, pero cuando éstas se encuentran cerca de la superficie impiden la germinación de semillas o el crecimiento vegetativo, de igual forma alteran la estructura y la permeabilidad del suelo.
Cuando la raíz es expuesta a estrés salino hay cambios en crecimiento, morfología y fisiología que conlleva a cambios en la toma de agua, iones y la producción de señales hormonales. De igual forma la salinidad afecta negativamente la biomasa de la raíz la planta. El límite superior de tolerancia al cual el crecimiento de la raíz se afecta con incrementos de salinidad ha sido estimado entre 6 dS*m -1 y 4 dS*m -1 .
Por otra parte, la materia orgánica está asociada con los procesos de liberación de bases de cambio, pero es afectada por la tasa de descomposición de los diferentes materiales que la componen, y puede ofrecer una mayor fuente de nutrientes minerales para la planta frente a la alta concentración de cloruros y sulfatos ubicados en la zona de raíces, causantes de las deformaciones en las plantas debido a su toxicidad. Entonces como una de las prácticas sostenibles de los agroecosistemas, se buscaría mitigar el estrés causado por la concentración de sales en el suelo, mediante la aplicación de materiales orgánicos que se encuentran disponibles en las unidades productivas.
El humus, producto final obtenido de la descomposición de la materia orgánica, es de naturaleza coloidal, pero a diferencia de los coloides minerales del suelo, es de estructura amorfa. La superficie y capacidad de adsorción del humus excede a cualquiera de las presentadas por los diferentes tipos de arcillas, y sirve como almacén de las bases calcio, magnesio y potasio, al darse un aumento notorio en la capacidad de intercambio cationico (CIC). Otra de las propiedades de la materia orgánica consiste en la formación de agregados estables que resisten el impacto de las gotas de lluvia o de riego, permitiendo que el agua penetre y se mueva dentro de ellos y en consecuencia facilitan el almacenamiento del agua, manteniendo un apropiado contenido de humedad y reduciendo la evapotranspiración. Los suelos con una alta proporción de limos y arcillas tienen muchos microporos que reducen el movimiento del agua y el aire. En suelos arenosos los poros son de gran tamaño por lo que el agua drena y remueve los nutrientes con facilidad. Al hacer aplicaciones de materia orgánica se forman estructuras de tipo granular que generan poros más grandes, los cuales pueden ser llenados por aire o por agua, por consiguiente si el suelo presenta un buen contenido de humedad se facilitaría por infiltración el desplazamiento de las sales a la región ubicada debajo de la zona radicular, disminuyendo la cantidad de cloruros o sulfatos que podrían entrar en contacto con los pelos radicales.
Es así como AGRICHEM DE MEXICO, ha desarrollado AGRI HUMUS, el cual contiene 25% de ácidos húmicos, de la mas alta estabilidad y pureza, que ayudan al manejo de la salinidad de los suelos, que junto con SUPA CAL MAG, el cual aporta bases intercambiable, específicamente 12% de Calcio y 2.5% de Magnesio, permiten el desplazamiento del Sodio de la fase intercambiable de suelo para su respectiva lixiviación mediante la aplicación de riego abundante.
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